Diana Delgado, máspormás, 23/05/2018
Poch@ House busca acompañar a mexicanos deportados de EUA, lo mismo con un espacio físico de reunión que con asesoría y mediante una comunidad virtual y, pronto, clases de inglés con justicia social.
En un departamento en el tercer piso de un edificio del Centro Histórico, en la calle de José María Marroquí, dos mujeres de mediana edad abren la puerta. El piso es de madera y las paredes blancas. Las cortinas son de tela y tienen mapamundis impresos. Al fondo, unas letras de unicel azul: “De aquí y de allá”.
Es Poch@ House, un espacio físico en el que se reúnen mexicanos deportados o retornados de Estados Unidos. Todos comparten, más o menos, la misma historia: pasaron su infancia y juventud en el país del norte y hoy son parte de un México que no los reconoce por completo.
Rossy es la coordinadora de Educación de Otros Dreams en Acción, asociación que trabaja con quienes regresaron a México en diferentes circunstancias. Surgió en 2014 tras la investigación posdoctoral de Jill Anderson sobre un grupo de jóvenes que hablaba inglés perfecto y se reunían en el Monumento a la Revolución.
“Ella estaba estudiando en la UNAM y se encuentra con estos chicos que tenían la fisonomía de un mexicano y que además hablaban perfectamente inglés. Se les acercó y se enteró de que habían vivido en EUA. Como parte de su investigación se publicó un libro llamado Los otros dreamers, con las historias de vida de 21 jóvenes”, explica.
El proyecto no se quedó en lo académico, y Jill se unió a Maggie, una de las jóvenes retornadas, para fundar la asociación que se constituyó en 2017. Un año después, consiguieron este espacio: la Poch@ House.